Te regalo...

Te regalo un camino de tropiezos y una mano fuerte en tu hombro, para cuando quieras caerte conmigo. Te regalo la multitud de soledades, que te precedieron, para que construyamos nuestros propios días de sol. Te regalo una cadena de errores, para que compartamos culpas, dividamos penas, suprimamos castigos. Te regalo la certeza de que siempre se vuelve al principio, principio y fin de todo este andar. Te regalo los resabios de este corazón, hecho y deshecho y vuelto a armar, que encuentra, en los huecos del tuyo, el ensamble más perfecto. Te regalo la infinitud de las palabras tiernas, que no me sale decirte, pero que pugnan por escapar del pecho. Te regalo las canciones que no escribí, ni voy a escribirte, aunque sepas, que te pertenecen por completo. Te regalo un sinfin de verdades dolorosas y punzantes, que todavía no alcanzo a contarte. Te regalo un cuerpo, común y corriente, que se sabe imperfecto, pero aún así está deseoso de tenerte. Te regalo, en suma, este puñado de pequeñeces, lágrimas y flores que es mi vida, para que en ella dibujes tu silueta, su divino complemento, y empecemos a caminar.

viernes, 11 de septiembre de 2009



De los errores se aprende, pero hay errores que no se pueden cometer, hay errores trágicos, irremediables.
Nosotros no supimos ni sabemos aprender de nuestros errores, por eso pasa esto.
Todos cometemos errores, todos nos equivocamos, pero también todos tenemos alarmas, una voz en lo más profundo de nuestra alma que nos dice “te estás equivocando, no lo hagas”,
el error es no escuchar esa voz, es no reaccionar ante esa alarma.


· No era como pensaba. No era como planeaba, ni parecido a lo que me decía. No se merecía ni un segundo más de mi vida. Qué lástima que no supiste ver lo que tenías. Qué lástima que ya sea tan tarde para remediar (lo irremediable) .

Más terrible que el remordimiento por lo que hicimos mal es el remordimiento por lo que no hicimos, eso es imperdonable.
El remordimiento no es más que sabiduría que llega al final, es un intento de que no sea demasiado tarde. Y no se va a detener, el remordimiento no se va a detener hasta que comprendas.
La culpa no nos deja vivir en paz, pero los remordimientos no nos dejan morir en paz.

Las acciones y decisiones acertadas podrán cambiar el destino, o ir finalmente a su encuentro, pero en definitiva, lo que deba ser, será.

¿Por qué repetimos esos errores que nos angustian, que nos dan miedo, nos paralizan? ¿Por qué repetimos siempre lo que nos hace mal? ¿Por qué fracasamos una y otra vez?
Cuando cometemos siempre el mismo error, cuando tropezamos siempre con la misma piedra
ahí hay que empezar a sospechar. Ahí hay que darse cuenta que detrás de ese error, de ese fracaso, hay un mensaje.
Hay muchas maneras de fracasar y somos muy exitosos en fracasar. Hay quienes están convencidos de que
su error es una gran verdad, y error tras error terminan por desatar una gran tragedia.
Hay que permitirse el error para aprender de él. La única manera de tener éxito es aprender de los fracasos, y el único fracaso es no intentarlo.
Repetimos los errores, fracasamos una y otra vez, pero porque en el error, en ese fracaso, hay algo que tenemos que aprender.




No esperes qe te mire en la distancia hacia atrás, permanece con lo qe te dejé, pasea con mi fotografía traicionada, yo seguiré marchando, abriendo anchos caminos contra la sombra, haciendo suave la tierra, repartiendo la estrella para los qe vienen. Quédate en el camino. Ha llegado la noche para ti. Tal vez de madrugada nos veremos de nuevo.